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Nuestro Padre Jesús Nazareno titulado "El Rico"
Fotografía: azulyplata.net |
Nos ocupa la noticia reciente de que la Junta de Andalucía prohibe a la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno titulado “El Rico” construir un retablo para sus titulares. Cuando la información se sesga a la carta y sólo se proporcionan los datos que interesan, el objeto de la noticia aparece ante los lectores únicamente como agraviado.
Pongámonos en situación: La cofradía de El Rico, con toda su buena voluntad, ha hecho lo que cabía esperar de ella; esto es, plantear un proyecto en todo momento digno del entorno en que sería construido y de los titulares que en él se albergarían. Es visible el esfuerzo de la entidad por encajar a la perfección en el interior de un templo con varios siglos de historia y zanjar por fin un asunto que lleva pendiente desde la destrucción de buena parte de la ornamentación de la Parroquia de Santiago durante los acontecimientos aciagos de los años 30 del siglo XX. Como bien han señalado a los medios los representantes de esta corporación, la traza del altar toma su inspiración en el modelado expresivamente barroco de las escayolas de Felipe de Unzurrúnzaga, que como sabemos posee en Málaga obras tan emblemáticas como la decoración integral de la Basílica de Santa María de la Victoria, de turgentes y carnosos acantos que proliferaron tanto en nuestra ciudad como en la vecina Antequera.
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Esbozo preparatorio de Raúl Trillo para el retablo de Jesús el Rico,
desestimado por la Junta de Andalucía.
Fotografía: Diariosur.es |
El esbozo que hemos podido ver estos días, del joven escultor Raúl Trillo -artista especialmente valorado por su imaginería de pequeño formato-, presenta una solución interesante, además de efectiva y respetuosa con el medio en el que se desenvolvería: Pequeño retablo con estructura de serliana, boca de camarín en arco de medio punto y ornamentación vegetal y de rocalla culminada en un remate arquitectónico mixtilíneo con frontones y cornisamentos curvos, enrollados, etc. Presenta también la sustitución de la actual imaginería seriada por otra que, con facilidad, la superará en calidad. Asimismo prevé peana de carrete en el camarín y altar-peana para situar a los titulares de la cofradía.
El problema radica pues en que la Parroquia de Santiago, sí, esa que fundaron los Reyes Católicos y que fue levantada por manos mudéjares, es Bien de Interés Cultural. ¿Y cómo puede perjudicarnos algo semejante, ese reconocimiento a sus valores históricos y artísticos? Los cofrades solemos aludir a nuestra Semana Santa y a la mayor parte de sus bienes artísticos como patrimonio a diferentes niveles, según el caso. La mayoría de ocasiones defendemos la idea de que estos bienes son patrimonio de todos, algo que debe ser preservado para generaciones futuras. Y eso son, inequívocamente, en ello creo al cien por cien.
Ahora bien; recordemos que es habitual reclamarle a las instituciones un alto grado de compromiso hacia nuestro patrimonio. Es legítimo que hagamos responsables a esas entidades que nos gobiernan del estado de tales o cuales edificios y otros objetos históricos y artísticos al que tanto valor les hemos concedido. Cada vez es más frecuente que asuman el porcentaje más alto de las actuaciones de conservación, restauración, reconstrucción y rehabilitación, aplicando en ello cuantiosas inversiones que de otro modo serían imposibles (Iglesias del Sagrario, San Agustín, San Juan, Sagrado Corazón, San Pablo, San Felipe...), con la circunstancia de que la mayoría de esas intervenciones importantes se producen en edificios de la Iglesia Católica, siendo abordadas con fondos que provienen de todos los contribuyentes, ciudadanos de un estado laico y aconfesional.
Es lógico atribuirles a las instituciones esta responsabilidad, tan grande; y que satisfarán el interés común protegiendo esos entornos históricos de posibles actuaciones inadecuadas. Estamos presenciando un periodo en que difícilmente verán la luz empresas como las que, capitaneadas por Jesús Castellanos Guerrero, dotaron a la Iglesia de Santo Domingo de un variopinto plantel de nuevos retablos que venían a solucionar las grandes carencias que presentaba el templo perchelero. Hoy existen criterios, y leyes basadas en estos, con fundamentos de estirpe arqueológica, y se extiende la creencia de que es mucho mejor -para preservar la historia, para trasmitir ese legado- conservar lo que existe o reconstruir de un modo estricto lo que sabemos que existió. Incluso en esto último hay discrepancias, voces que defienden que es negativo levantar falsos históricos.
Resulta inimaginable en nuestros días redecorar alguna estancia de la famosa Alhambra de Granada con buen gusto y fina integración del diseño; sin embargo hay fotografías del patio de los leones con una graciosa aunque desafortunada intervención restauradora en la que se remató uno de los pabellones con una cúpula al modo de las mil y una noches. Las cosas, una vez puestas en su sitio, son más auténticas cuanto menos traicionan su pasado. La Alhambra, patrimonio de la humanidad, bien de interés cultural, tesoro de los andaluces, debe ser protegido de un modo férreo por los que nos dirigen, sin permitir devaneo alguno con gustos y modas.
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Jesús el Rico ante su antigua capilla en Santiago,
antes de desaparecer en los sucesos de 1931.
Fotografía: Diariosur.es |
El retablo que podemos observar en las viejas fotos blanquinegras de archivo, donde se rendía culto a Jesús el Rico, gusta menos entre los cofrades. Es lógico: en lugar de ese barroco popular basado en la ornamentación voluptuosa, el antiguo altar es mucho más clasicista y por ende austero; donde querríamos estípites vemos austeras pilastras, y donde Trillo ha imaginado una protuberante decoración antes había un apenas un austero arco protegido por un doselete similar al que encontramos en la capilla de las Ánimas. También es bastante palpable la ausencia de un dorado general para el conjunto; el retablo antiguo combinaba soluciones mucho más modestas, como la pintura de tonos blanquecinos.
Lo que la Junta de Andalucía dispone es, acertadamente, que las nuevas intervenciones se hagan con fidelidad a lo que había. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico devuelve a la Iglesia y a las cofradías los inmuebles y las imágenes que restaura en el modo que más se acerca a lo que un día fueron, cuando se las concibió. Aunque desde la Hermandad del Rico se sostenga que el proyecto de nuevo retablo se ajusta a su entorno, no cumple con el requisito específico de reconstruir el altar desaparecido, documentando con planos o fotografías de archivo -de las que se disponen- tal propuesta. Los cofrades somos conscientes de que lo que se desea es un retablo mucho más barroquizante que el original, y ello no es posible por un escenario legal, a todas luces necesario, que conocemos y hemos de respetar.
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