12 mar 2013

El Chauvinismo

Fotografía: Álvaro Simón Quero.

Llega la Cuaresma, y ya con el gusanillo metido en el cuerpo, llegan también los tremendistas y cizañeros con la alerta amarilla: ¡Peligro! Se rumorea que hay otra malvada hermandad que planea introducir velas rizadas en su trono... ¡Atención! Estas tres o cuatro cofradías persisten en el empeño de echarse el guión al hombro, ¡ni que fuera una bandera! ¡Ojo! Sabemos que en esta otra hay confabuladores que ensayan a escondidas diversos pasos para mecer los tronos... Se ve que esas cofradías, de aviesas intenciones, no tienen otra cosa mejor que hacer que contravenir la placentera tranquilidad de lo conocido.

Con todo y con eso, tras la alarma suele haber ignorancia. O eso quiero pensar, por no decir que habrá mala fe. Pues si hubiera un profundo conocimiento del asunto, donde se habla de cirios sevillanos se podría recordar al buen puñado de señeras hermandades malagueñas que las llevaron hace más de medio siglo... Ah, pero eso no son tradiciones, aunque haya otras con menos tiempo y que demos por sentadas. Lo del guión, por otro lado, es de chiste. Imaginen procesión como la del Resucitado, o la de la Patrona, y al intrépido reportero llevando buena cuenta de los guiones portados al hombro. Esa libretilla del rencor, que al día siguiente se habrá agriado en las páginas de un periódico: esa libretilla encierra verdaderos dobles raseros... Y no digamos nada de lo endiablado que resulta enfilar la procesión por calles peatonales y sin aceras. Eso sí que nos lleva por la senda del pecado cofrade... Con lo bonita que sería una Semana Santa toda de tronos colosales que no pudieran tirar nada más que por la Alameda y por el Parque. ¡Eso sí que sería nuestro!

Lo de los tronos de carrete saliendo de las iglesias son historias de viejas junto al fuego. ¿Para qué ensalzar la autenticidad de lo litúrgico, si esas cofradías rebeldes no cuadran con mi arquetipo de la primera en el peligro de la libertad? Olvidan que aquí no se inventó la Semana Santa; es decir, eso de sacar los santos a la calle, y delante todos vestidos de nazareno. Ni los palios, ni las candelerías, ni los montes de claveles, ni los largos mantos bordados. Ni un largo etcétera que no sería muy práctico enumerar ahora. Se olvida lo que se quiere, y ocultando parte de la verdad se dice una verdad muy a medias, casi de mentira.




Nota: Tercera colaboración con el programa `Bajo Palio´, de Canal Sur Radio. Cuaresma de 2013.




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2 comentarios:

  1. Lo peor son los muertos de esta batalla y el desánimo por la impopularidad fruto de esta polarización enfermiza y autodestructora de la Semana Santa. Duele ver como la ciudad "acogedora" rechaza a los suyos, crea identidades extrajeras a sus habitantes, que acaban finalmente por aceptarlas. Ojalá algún día esto acabe.

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  2. Lo resume perfectamente: "se olvida lo que se quiere, y ocultando parte de la verdad se dice una verdad muy a medias, casi de mentira".

    En Málaga no se inventó la Semana Santa. En Málaga se inventó la Agrupación. En Málaga no se inventó el trono. En Málaga se inventó el retablo callejero. En Málaga no se inventó el nazareno. En Málaga se inventó a la mujer cofrade.....Y un largo ectétera que no sería muy práctico enumerar ahora.

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