13 mar 2012

Nueva saya para la Soledad

Nueva saya de la Virgen de la Soledad.
Infografía: Pedro Enrique Alarcón, a partir de fotografía de Pablo Krauel.
La Congregación de Mena verá este año cumplido el objetivo de renovar todo el ajuar de Nuestra Señora de la Soledad, con una magnífica saya que supone un broche de oro para completar la que sin duda fue una de las más impresionantes proezas de la artesanía, el manto de procesión. Bien encaminados por la armonía estilística y de ejecución, los congregantes de Santo Domingo han vuelto a confiar en Jesús Castellanos para el diseño de la pieza, y en el taller de Salvador Oliver Urdiales para llevarlo a buen término.

Se ha resuelto con pericia la integración del vestido de la Señora en un conjunto de bordados grandilocuentes y voluminosos -como son los del manto estrenado en 2011-, proyectando una hojarasca que nace de una envergadura considerable en el borde inferior y mengua paulatinamente conforme descansa en la cinturilla. Se aleja así de consabidos arquetipos en que todo el dibujo mantiene una unidad de proporción, para plantear una estructura que sugiere ascensión  y se adapta perfectamente a las características específicas de esta dolorosa y su particular atavío.

La Virgen de la Soledad ya luce la nueva saya.
Fotografía: Pablo Krauel.
El esquema, simétrico, prevé dos formaciones gemelas con distribución a candelieri, que rematan en sendas cráteras con flores, y se acaban enlazando en la parte central de la falda sugiriendo la silueta del anagrama del Ave María. Finalmente, y justo allí donde casi descansan las manos entrelazadas de la Señora, un particular jarrón de pequeñas azucenas. Tanto las mangas como la falda se rematan en el borde con un baquetón de carácter arquitectónico que parece enraizar en el propio trono procesional.

La pieza ha sido bordada en oro fino con la variedad de técnicas habituales, destacando sobremanera la pulcritud con que se han ejecutado las nervaduras de hojilla, de tal perfección que parecen oro bruñido. Incluye leves detalles de seda de colores en los elementos florales, que en nada enturbian la sobriedad que imprime el terciopelo negro.




Aquí se puede leer un artículo sobre las piezas de bordado que se estrenaron en 2011, incluyendo el manto de la Soledad.




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